viernes, 30 de enero de 2009

Un cirujano clandestino.

Esta es la historia que he recibido via mail de una gran amiga, Esther, y me ha gustado tanto y a la vez me ha parecido tan terrible que he querido compartirla con todas-os vosotras-os............................Se trata de un cirujano que por ser negro nunca estuvo reconocido y trabajaba en la sombra, llevandose los méritos otro, por supuesto blanco.
Hamilton Naki, que murió el 29 de mayo a los 89 años, empezó de jardinero en la Universidad de Ciudad del Cabo. Luego limpió las jaulas del Departamento Médico y, más adelante, trabajó como anestesista de animales. Lo más importante es que su destreza hizo posible el primer trasplante de corazón humano.
La muerte de Hamilton Naki, condenado durante casi cuatro décadas al anonimato por su condición de negro, nos recuerda uno de los episodios más vergonzosos de la medicina moderna.
En la Sudáfrica racista del apartheid, donde se establecían diferencias en el sistema jurídico en función del color de la piel, fue Christian Barnard -sudafricano blanco- quien en 1967 recibió todos los honores por llevar a cabo el primer trasplante de un corazón humano. Pero fue también Naki, el humilde autostopista, quien aquella noche hizo posible lo que durante siglos había supuesto un reto imposible para la medicina.
El 2 de diciembre de 1967, Denise Darvaald, una joven blanca atropellada al cruzar una calle, fue trasladada con urgencia al Groote Schuurhospital (El Cabo), donde se le diagnosticó muerte cerebral, aunque su corazón seguía latiendo.
En otra cama del mismo hospital, Louis Washkansky, un tendero de 52 años, agotaba sus últimas esperanzas de vivir. Entonces, el Doctor Barnard decidió intentar el trasplante. En una épica intervención de 48 horas, los dos equipos lograron extraer el corazón de la joven e implantarlo en el cuerpo de Washkansky. Los asistentes recuerdan la delicadeza con la que Naki limpió el órgano de todo rastro de sangre antes de que Barnard volviese a hacerlo latir en el pecho del hombre.
Pero, ¿qué hacía Hamilton Naki, un ciudadano de segunda, que había abandonado los estudios a los 14 años por necesidad, en medio de una de las operaciones más destacadas del siglo? Quizás las palabras del célebre Barnard, poco antes de su muerte, lo resuman: "Tenía mayor pericia técnica de la que yo tuve nunca. Es uno de los mayores investigadores de todos los tiempos en el campo de los trasplantes, y habría llegado muy lejos si los condicionantes sociales se lo hubieran permitido".
Nacido hacia 1926 en una aldea del antiguo protectorado británico del Transkei (provincia de El Cabo), todo parecía condenarle -como al resto de sus compatriotas negros- a una existencia mísera en el inicuo régimen del apartheid. Poco a poco, sus capacidades le fueron granjeando puestos de responsabilidad. De limpiar jaulas pasó a intervenir en operaciones quirúrgicas a los animales del laboratorio, donde tuvo la oportunidad de anestesiar, operar y, finalmente, trasplantar órganos a animales como perros, conejos y pollos. De manera encubierta, Naki se había convertido en técnico de laboratorio.
Él a menudo ingrato trabajo de experimentar con animales le permitió afinar sus dotes quirúrgicas: "Ahora puedo alegrarme de que todo se sepa. Se ha encendido la luz y ya no hay oscuridad", dijo éste héroe clandestino al recibir en 2002 la orden de Mapungubwe, uno de los mayores honores de su país, por su contribución a la ciencia médica. Hasta sus últimos días, uno de los mayores cirujanos del siglo sobrevivió con una modesta pensión de jardinero. .............................Bonita historia para conocer.....

14 comentarios:

calahorra01 dijo...

De verdad que es una bonita historia, pero no deja de ser una pena que como siempre sea reconocido después de su muerte y que se hayan llevado los méritos otros. Gracias por compartirla con nosotras.

Oldprincess dijo...

Que historia tan interesante, pero que làstima que el señor fuese reconocido postmortem; otra cosita es increible que este regimen haya existido en pleno siglo xx y mas en una colonia britànica.

MARI dijo...

Es una historia muy bonita, y poco conocida, seguro que así hay muchas , la lástima es que no haya podido disfrutar del merecido reconocimiento.

Robledo Ruiz dijo...

Gracias por compartir esta historia, es muy interesante,y aleccionadora, besos

teresa sako dijo...

Gracias por tu visita. La historia que has narrado es muy interesante, y pienso que es una lástima que no se le reconociera hasta después de su muerte. Pero los que seguimos viviendo debemos de aprender a mirar a las personas con el corazón y no con los ojos.
He leido que buscas compañera de habitación...¿la has encontrado?
Miles de besos, Teresa Sako.

Cata dijo...

Hola!!! Pase a desearte un hermoso fin de semana.-

Un beso

gloria dijo...

Hola Nines, gracias por visitarme. Tienes un blog muy bonito, te seguire visitando. Besos.

trossets patchwork dijo...

la vida esta llena de injusticias, pero la verdad siempre acaba sabiendose por suerte, besotes

bichitogaia dijo...

Preciosa historia de verdad muchas gracias por difundirla..que cosas tiene internet paisanas y recien descubro tu blog por tu comentario en el mio, yo tambien te he agregado...nos leemos pronto!!!
Besitos.
Diana

Blanca dijo...

Una historia preciosa!!!

Lupe Z Lluch dijo...

Gracias por contarnos esta historia,es triste pero con un final "feliz".
BESITOS

Country Soft dijo...

Es una pena el reconocimiento tardío, pero es una historia muy emotiva.

Gracias por visitarme. Ya he actualizado, te invito a mi blog.

Un beso.
Su

carmencita dijo...

Hola Nines, es otra historia más de estas injusticias humanas, creo que Dios le debe tener en un pedestal, gozando de la eternidad llena de gloria y bendiciones.¿ Y los humanos egoistas, donde crees que puedan estar? Gracias por publicar esta historia tan commovedora a alguien le debe quedar algún aprendizaje. Dios te beniga. Un fuerte abrazo.

PIRI dijo...

MUY BONITA HISTORIA
QUE PENA QUE NO PUEDA VER A OBAMA EN EL PODER

Tagg.....

Tagg.....
Me han concedido este Tagg........

Mi primera Exposición.

Mis trabajos



Gracias por tu visita...